Han sido semanas extrañas, con cambios de ánimo radicales. En general, las cosas han estado bien; es una guerra con mi cabeza que me mantiene agotado todos los dÃas. Estoy constantemente drenado, la fatiga de tratar de convencerme de ciertas cosas me cansa.
Hoy no ha sido mejor, pero la culpa no es mÃa. Me he quedado con un sinfÃn de cosas que decir, pero sé que discutirlo con quién necesito hacerlo, llevará a dos cosas:
1. Ignorar mis comentarios completamente, argumentando que "siempre me cierro", a pesar de que esa frase siempre hace que yo terminé cediendo.
2. Terminar con culpa y fracturando una relación por no aceptar lo que me solicitan.
Me siento mal. Hace tiempo no me sentÃa asÃ.
Quiero descansar, y no sé de qué, o como hacerlo.
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